lunes, 23 de abril de 2012

¿Y si el futuro ya está escrito?. ¿Y si todos acabamos llenso de odio, incapaces de amar al de al lado?. ¿Y si mi tiempo se acaba con cada tic-tac?.


martes, 27 de marzo de 2012

Frágiles...

Los que resisten y ponen buena cara al mal tiempo. Los que caen, pero reúnen las fuerzas suficientes para levantarse. Los que pasan de puntillas por la vida, los que se van dejando tras de sí un rastro de huellas. Los que sueñan y son defraudados. Los que vuelven a soñar y caen de nuevo en la desesperación de ver cómo todo se queda en meras ilusiones. Los que lloran de tristeza aún sabiendo que quedarán lágrimas que devuelvan la sal a sus labios. Los que basan su vida en cosas materiales, sin darse cuenta de que lo más importante se encuentra en los recuerdos, enfrascados en pequeños botes de cristal. Los maniáticos. Los que vuelan con sólo derrochar un poco de imaginación. Los frágiles, cual pompas de jabón. Los fuertes. Los que extrañan. Los que se autodestruyen con palabras. Los que ven pasar de largo los problemas. Los que se ahogan en un vaso de agua, mientras otros salen a flote. Los que son dependientes de otros, los que prefieren vivir en soledad. Los que dibujan vidas perfectas. Los imperfectos. Los que mendigan cariño. Los cabezotas. Los que sienten frío al dormir solos. Los que sufren en silencio. Los que nacen para vivir, y los que viven para morir. Los que vuelven a ser niños cada vez que escuchan el sonido de las olas. Los que juegan a ser príncipes. Los que sueñan con ser princesas. Los que se sienten al borde del precipicio, los que caen al vacío. Los que se sienten morir cada vez que el sol da paso a un nuevo día. Los que viven gracias a la magia de la música. Los que hablan con la mirada. Los tímidos. Los que se van, los que vuelven. Los que ríen por fuera y lloran desconsoládamente por dentro. Los que fingen. Los que aman. Los que buscan explicación a todo, los que prefieren vivir en la ignorancia. Los luchadores. 

''Nombre de canción''

sábado, 17 de marzo de 2012

El día que no pueda más...


- ''El único que me entiende en muchas cosas es Rubén. Ni mi chica, ni mis padres, ni mis amigos. Hay situaciones que las vivo con él y que a la única persona que le puedo llorar. Con la única persona que me puedo emocionar llorando es con él, por lo tanto somos compañeros en esto y nos gusta rockear, maldita sea.''






Muchos de los días en los que nada sale (ni a derechas, ni a izquierdas) tengo la mala costumbre (o buena, según se mire) de coger Baires y sentarme a disfrutar y a evadirme de la realidad. La mayoría de las veces lo acabo con una sonrisa. Hoy no. No sólo no ha mejorado mi estado de ánimo, sino que lo ha rematado y lo ha hundido hasta el fondo. Hace apenas 10 minutos que acabé de verlo y lo único que siento ahora mismo es desolación, tristeza, nostalgia ... pero sobre todo siento un vacío enorme dentro de mí.
Y es que creo que por fin he asumido que hoy por hoy se ha ido una parte de mí que me lleva acompañando desde hace más de 6 años.

sábado, 10 de marzo de 2012

Me duele el reloj, ya sé que se acaba.


Era una fría tarde de diciembre... 

Subimos al primer tren que se cruzó en nuestro camino. Daba igual el lugar, allí estábamos los dos, alejándonos de todo y de todos, preocupándonos únicamente por hacernos feliz el uno al otro. Nos olvidamos del mundo que giraba a nuestro alrededor para adentrarnos en una historia con nombre propio.
De todo aquello, hoy sólo quedan los restos: cenizas. Dejamos de ser dos en uno para convertirnos en norte y sur, en este y oeste. Pasamos de comernos el mundo a vivir de espaldas el uno contra el otro.

El primer mes nos invitó a bailar con la felicidad; el segundo jugó con los hilos que movían nuestros cuerpos de madera, poniéndonos a prueba. Éramos marionetas manejadas por dolor y sufrimiento, pero seguíamos sonriendo. Estábamos juntos, a pesar de todo; el tercer mes nos vistió de silencio, la peor de las sensaciones.
Cuando se acaban las palabras, cuando las lágrimas ciegan miradas, cuando uno deja de mirar por el otro.... en ese momento toca decir adiós. 
Pero no hubo despedidas. Empezamos a vivir cada uno por nuestro lado, fingiendo cariño, aprecio, caricias... fingiendo amor. Fingimos aún siendo conscientes de que ese amor se oxidó por completo en el momento en que aprendimos a caminar separados.



viernes, 17 de febrero de 2012

¿No ves mi derrota?

Llueve…

Mientras, Lis habla en silencio. No es escuchada. Ella que tiene tanto que decir, tanto que contar. En su cabeza se repite una y otra vez: ‘’Tranquila... Ten paciencia. Eso es…paciencia, paciencia….Todo saldrá bien’’.
Comienza a ahogarse, a no respirar. Se sienta en su rincón, aquel en el que se escondía cuando era una niña y hacía algo malo, huyendo así de cualquier grito o golpe. Se acurruca contra la pared, en absoluto silencio. Las gotas han dejado de golpear los cristales. Parece que ha dejado de llover.
Por un momento se calma. Pero pronto se asoman todos aquellos momentos de sufrimiento que ha vivido con él, por él. ''Es injusto ver cómo se acaba, después de todo''. Ya no espera a que alguien la rescate. No. Ese alguien ya no está, parece ser que se fue para no volver. ''Entonces... ¿qué hacer cuando sabes que nadie depende de ti, cuando nadie te espera al otro lado del abismo para darte un abrazo, cuando estás tan sola?''

………..


De repente oye un golpe en el cristal. Se levanta rápidamente y al asomarse observa algo: él. Allí, bajo aquel cielo aún encapotado y con un ramo de rosas asomándose tras de sí en un intento fallido de ser escondido, está él.
Lis se seca las lágrimas, se recompone y baja las escaleras a toda prisa, pero cuando se dispone a salir al exterior… despierta.
Sólo ha sido un sueño.
Vuelve el dolor, vuelven las lágrimas.
Vuelve la realidad, la cruda realidad.



lunes, 13 de febrero de 2012

Unos vienen, otros se van...

El otro día, un hombre me preguntó por el lugar más mágico de este mundo. Qué sitio me parece el más corriente y a la vez esconde algo que le hace más especial que cualquiera.

Cerré los ojos. No pude evitar mostrar una sonrisa.
Acto seguido volví a mirarle, y le di mi respuesta. Sé que no se la esperaba. No esa.

-’’ ¿El lugar más mágico? Cualquier estación. Me da igual la ciudad, el país, el continente... Todas conservan eso que yo llamo magia''


Sé que otro en mi lugar hubiera dicho cualquier otro sitio menos ese: un escenario, un descampado con vistas a un cielo pintado de estrellas, la habitación de un hotel….

Pero no. Siempre acostumbré a ser diferente y en esto no iba a ser menos.




...


A veces, cuando estoy triste, voy a pasear por los alrededores del lugar donde parten y llegan trenes con o sin destino. No sé por qué, pero me relaja.
Me siento en cualquiera de sus bancos y me paro a ver todos y cada uno de los rostros que pasan delante de mí. Paso desapercibida para ellos, no tienen tiempo de pararse a observar el tiempo que se les va. Tampoco pueden saborearlo.


Veo rostros de cansancio, cansancio acumulado por un sinfín de días en los que nada tiene sentido, en que las fuerzas se agotan, desaparecen. Cansancio e impotencia que viajan de la mano de una mujer que sólo ve oscuridad, como las ojeras que visten sus dos ojos verdes. Como cada tarde, vuelve a casa, a su pequeña cárcel, donde un cobarde (con todas las letras) se encarga de que a día de hoy odie lo que muchos llaman 'amor'. Porque algún día lo hubo, pero ya no es capaz de reconocerlo. No en él

A su lado, su pequeño corre tras Inocencia, esa que cada vez se va antes para no regresar. Apenas tiene 9 años y ha perdido lo más prestigioso que un niño puede poseer: la infancia. Su padre, o mejor dicho, quien contribuyó a darle la vida, acabó de un plumazo con ella en el momento en que decidió que no quería vivir ni dejar vivir a los demás. Es curioso: cómo alguien que te da la vida es capaz de ir quitándotela poco a poco....

Pero no voy a hablar sólo de historias tristes.



Dije que el lugar del que hablo derrocha magia por cada rincón, y lo mantengo. En ella caen lágrimas de dolor, pero también de felicidad.

O si no mirad a aquella muchacha que baja del primer vagón. Es feliz, sólo hace falta pararse a mirar sus grandes y expresivos ojos: buscan algo… a alguien. Y allí está él, amigo, esperándola. La recibe con un abrazo, seguido de un beso en los labios. Un beso que les embarca en un cuento de hadas y príncipes. Porque a veces existen, ¿no?



Volver a oír mi acento, en los andenes, despidiéndose...

domingo, 12 de febrero de 2012

Comienza mi nueva vida...


…o una nueva etapa. Llevo tiempo queriendo hacerme un hueco en este ‘pequeño-gran mundo’, y creo que este es el momento idóneo.

Lo común sería describirme o decir algo de mí para que me conozcáis un poco más, pero como me gusta ir al contrario del mundo, prefiero que vayáis descubriendo poco a poco, entre líneas, cada uno de mis rincones.

Espero disfrutar muchísimo con todo esto, aprender de los demás y sobre todo, aprender de mí misma… 



 Bienvenidos a esta vuestra casa...