Los que resisten y ponen buena cara al
mal tiempo. Los que caen, pero reúnen las fuerzas suficientes para
levantarse. Los que pasan de puntillas por la vida, los que se van
dejando tras de sí un rastro de huellas. Los que sueñan y son
defraudados. Los que vuelven a soñar y caen de nuevo en la desesperación
de ver cómo todo se queda en meras ilusiones. Los que lloran de
tristeza aún sabiendo que quedarán lágrimas que devuelvan la sal a sus
labios. Los que basan su vida en cosas materiales, sin darse cuenta de
que lo más importante se encuentra en los recuerdos, enfrascados en
pequeños botes de cristal. Los maniáticos. Los que vuelan con sólo
derrochar un poco de imaginación. Los frágiles, cual pompas de jabón.
Los fuertes. Los que extrañan. Los que se autodestruyen con palabras.
Los que ven pasar de largo los problemas. Los que se ahogan en un vaso
de agua, mientras otros salen a flote. Los que son dependientes de
otros, los que prefieren vivir en soledad. Los que dibujan vidas
perfectas. Los imperfectos. Los que mendigan cariño. Los cabezotas. Los
que sienten frío al dormir solos. Los que sufren en silencio. Los que
nacen para vivir, y los que viven para morir. Los que vuelven a ser
niños cada vez que escuchan el sonido de las olas. Los que juegan a ser
príncipes. Los que sueñan con ser princesas. Los que se sienten al borde
del precipicio, los que caen al vacío. Los que se sienten morir cada
vez que el sol da paso a un nuevo día. Los que viven gracias a la magia
de la música. Los que hablan con la mirada. Los tímidos. Los que se van,
los que vuelven. Los que ríen por fuera y lloran desconsoládamente por
dentro. Los que fingen. Los que aman. Los que buscan explicación a todo,
los que prefieren vivir en la ignorancia. Los luchadores.
Cada dia te superas, Vir..
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